Los factores de Transferencia son cadenas péptidicas compuestas de decenas de aminoácidos que parecen almacenar toda la experiencia del sistema inmune. Y no transfieren anticuerpos ni los crean directamente sino que su función es la de enseñar a las células del sistema inmune a reconocer antígenos específicos que pudieran pasarles inadvertidos. Uno de los principales investigadores en este campo, el doctor Sergio Estrada – investigador del Departamento de Inmunología de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas den el Instituto Politécnico Nacional de México -, ha encontrado que son útiles en todas las enfermedades producidas por bacterias, virus, levaduras y hongos. Es el caso de enfermedades tan distintas como la tuberculosis (Meningeal, real y cutánea), la diabetes tipo II, la ostitis, el herpes Zoster y simple, la hepatitis B, la toxoplasmosis, el asma, la rinitis, la artritis reumatoide, la psoriasis, la esclerosis múltiple o el sjogren, entre otras muchas. Y lo mismo cabe decir en los casos de cáncer de riñón y próstata así como en melanomas y linfomas. Se obtienen rompiendo los glóbulos blancos o leucocitos de la sangre y metiendo lo obtenido en una bolsa de diálisis con una malla muy fina que sólo permite la salida de moléculas muy pequeñas – de 10 kilodaltones o menores – por lo que no pueden pasar virus, bacterias u hongos. Pues bien, el extracto de leucocitos obtenido contiene un factor capaz de transmitir la respuesta inmune positiva del donante al organismo receptor. Tal es el factor de transferencia y tiene una actividad terapéutica extraordinaria, innegable (vea también lo dicho en este mismo número en la sección dedicada a Terapias y Técnicas de Tratamiento).
(Información publicada en el número Discovery Salud nº 76)